Descripción
Si te gusta exfoliarte suavemente en cada baño, y eres de los que odias que la pastilla de jabón se escurra constantemente de las manos, teniendo que recogerla en mitad de la ducha… esta bolsa para jabón de luffa es para ti.
La bolsa para jabón de luffa, además te servirá para que no se desperdicie ni uno solo de los pequeños trocitos de jabón que son muy difíciles de usar cuando ya se nos deshace la pastilla.
Piensa que al usar esta esponja, estás contribuyendo activamente a evitar los microplásticos que expulsan las esponjas de plástico. Además, estas tienen una vida útil cortísima, pero luego como residuos se quedarán en el planeta por los siglos de los siglos… Nada nada, ¡arriba la luffa, abajo los microplásticos!
¿Y cómo es esta maravilla de bolsa para jabón de luffa?
- Está cosida por un lado para facilitar la introducción de la pastilla de jabón (o sus trozos).
- Está hecha artesanalmente por Ibérica de Esponjas Vegetales en pequeñas fincas de Galicia, de manera responsable, local y 100% natural y biodegradable. ¡Residuo cero!
- Es responsable. En las plantaciones solo se utilizan materiales biodegradables o reciclables.
- Es delicada, y a pesar de su apariencia rugosa, será muy suave con tu piel.
- Es exfoliante. Te ayuda a eliminar las células muertas y favorece la circulación sanguínea, haciendo que tu piel luzca saludable.
- Reduce el desperdicio de jabón. ¡Te permitirá usar hasta el último gramo de tu pastilla!
- Es 100% biodegradable y compostable.
- Sus medidas son de 15 cm x 11 cm y una altura de 1,5 cm, pero recuerda que cada esponja es única, por lo que las medidas pueden variar ligeramente.
Consejos de uso:
- La esponja no está recomendada para personas que padecen dolencias específicas de la piel, como eccemas, psoriasis, erupciones, etc. En ese caso, recomendamos la esponja de luffa blanda.
- No la uses en las piernas si padeces de problemas circulatorios (flebitis, varices…).
- La medida del jabón sólido ideal para esta esponja es el tamaño medio. Si tu jabón es muy grande, puedes cortarlo en dos.
- Para su uso en la ducha, humedécela y masajea suavemente la piel haciendo círculos con la manopla (solo en brazos y piernas si tienes la piel sensible). Al terminar, aclárala bien, escúrrela y déjala secar al aire.
- Guárdala siempre en un lugar seco. Prolongarás su vida útil.
- Si quieres usarla en seco, puedes cepillarte con ella suavemente de 2 a 5 minutos (más tiempo podría irritar la piel). Empieza desde la planta de los pies subiendo hacia el corazón, y ten cuidado en las zonas más delicadas, como el pecho. Este masaje te activará por la mañana y te relajará por la noche. Puedes intensificar la exfoliación echando un poco de sal marina sobre la esponja. Al terminar, dúchate para eliminar células muertas.
- Higieniza tu esponja introduciéndola de vez en cuando en el microondas 10-20 segundos. Así eliminarás las bacterias.
- Si ves que cambia de color o huele raro, quizá es el momento de permitirle que siga su ciclo vital y echarla en la compostera.
¡Pásate a la alternativa más ecológica a las esponjas de plástico! ¡Únete al cambio zero waste!
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